Javier Milei realizó un discurso en el foro económico de Davos que de económico nada tuvo, pero sí cargó contra las agendas del feminismo, los movimientos ecológicos y la comunidad LGTBIQ+ y los derechos humanos en general. Sus elucubraciones sobre las desviación del progresismo y un nuevo viento de cambio en occidente representado por quienes él nombra como compañeros en esta lucha: Elon Musk, Netanyahu (Israel), Trump (EE.UU), Meloni (Italia), Bukele (El Salvador), Orban (Hungría), nada de cambio traen, son sólo viejas recetas económicas, un poco maquilladas con la palabra libertad, bajo este cascarón sabemos que lo único que habrá es pobreza y menos derechos para los pueblos y además, son países con construcciones sociales y económicas completamente diferentes a las nuestras, cosa que hace imposible pensar estos planteos en nuestro país.
En sus palabras encontramos varias cosas para desenredar. En primer lugar el ataque a lo que él llama wokismo, woke - despierto en inglés - es un término, originado en los Estados Unidos que se usaba para referirse a quienes le hacían frente al racismo. Luego, comenzó a abarcar la conciencia sobre otras cuestiones de desigualdad social, como el género y fue utilizado por movimientos de izquierda para enfatizar políticas identitarias LGBTQ+, de las personas negras y de las mujeres. En los últimos años el concepto de woke ha sido utilizado por grupos conservadores y de ultraderecha para nombrar de manera despectiva a los movimientos e ideologías progresistas que luchan por principios contrarios a sus intereses. En este caso Milei se subió a esta ola utilizando el término muchas veces asociándolo a palabras como enfermedad, cáncer, virus, términos de la medicina, para explicar políticas que a nivel mundial reconocen una amplia cantidad de derechos necesarios para garantizar la equidad y la igualdad social, que aún así, distamos de conseguir.
En segundo lugar ataca descaradamente al feminismo, intentando achacarnos el concepto de femicidio y el aborto legal. Sobre esto tenemos que decir que el concepto de femicidio en nuestro país se incluye con la reforma del código penal como un agravante de la pena en el año 2012, si bien el agravante ya existía, se lo nombró con el término femicidio como una herramienta jurídica para facilitar los procesos. Este término es anterior al avance de la marea feminista que se propagó en nuestro país a partir del 2015, más conocida como Ni Una Menos y fue producto de un largo proceso que incluyo juristas nacionales e internacionales, constitucionalistas y expertos en la materia. Desconociendo esta materia dice que matar a una mujer es lo mismo que matar a un hombre, cuando detrás de estos dichos lo que esconde es que en nuestro país muere una mujer cada 20 horas, sólo por ser mujer. Nos endilga la ideología de género, cuando la única ideología de género hegemónica es el machismo, y por eso es que la mayoría de los hombres son plomeros ya que a las mujeres se les relegan las tareas de cuidado no remuneradas.
En cuanto al aborto legal sancionado en 2021 en nuestro país en la Ley 27610 (IVE). El mismo Milei decía en sus entrevistas previas a ser presidente que era un derecho individual que no debía modificarse. ¿Por qué cambia ahora su pensamiento?. ¿Será que necesita encontrar un enemigo fácil que le sume unos porotos en el nuevo año electoral?.
Por otro lado, también atacó la agenda de las organizaciones ambientalistas que vienen alentando hace años acerca del cambio climático y de la responsabilidad que el capitalismo tiene sobre esta debacle, el mercantilismo extractivista, la deforestación, la utilización del agua, un recurso limitado e invaluable no sólo para la humanidad. Cabe destacar que en nuestro país se ha aprobado en casi todas las provincias el RIGI, el cual las organizaciones ambientales vienen denunciando como un pacto que vulnera el principio de no agresividad ambiental, vulnera derechos que protege nuestra Constitución Nacional en términos ambientales, viola leyes como la de presupuesto mínimo ambiental y gestión de agua y el Acuerdo de París entre otros pactos internacionales.
Además, atacó a las comunidades LGTBIQ+ acusándolos llanamente de pedofilia y aberración. No hace falta ahondar en este tipo de pensamientos retrógrados para reconocerlos cómo erróneos y disparatados, siendo breves.
Entre otras minorías también atacó a los inmigrantes, llamando a la inmigración un suicidio colectivo, desconociendo las propias leyes del país que representa las cuales plantean los mismos derechos y garantías para las personas que quieran circular y permanecer en el país, en derechos como salud, educación, justicia y trabajo entre otros.
También insistió en la reducción drástica del Estado y organismos supranacionales e hizo alusión a décadas que se agotan intentando borrar con el codo lo que nuestra Historia como país escribió sobre derechos humanos, muy valorado a nivel mundial.
No estamos de acuerdo Señor Presidente, la paz no nos vuelve débiles, la paz fortalece las democracias y permite que los pueblos puedan enfocarse en engrandecer sus derechos. Frente a estos ataques, que no solo quedan en el plano discursivo, sino que más temprano que tarde se traducen en políticas o decretos que nos hacen perder derechos conquistados debemos permanecer unidxs, crear comunidad y militar para poder enfrentar estas batallas. No olvidemos que estamos frente a un año electoral y es necesario dar la pelea.
Seguiremos en pie defendiendo los derechos ganados y peleando por los que falten.