El Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) dio a conocer la primera  estimación de la valorización mensual de la canasta de crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia, correspondiente a mayo 2023.
La canasta está compuesta, por un lado, por el costo de provisión de bienes y servicios esenciales para la primera infancia, la niñez y la adolescencia y, por otro lado, por el costo de cuidados para la primera infancia y la niñez. Esta estimación permitirá contribuir a la organización y planificación familiar y a la gestión de los cuidados. Se trata del primer dato oficial de este tipo y su metodología de estimación fue desarrollada por el INDEC.
Esta herramienta, promovida por el Ministerio de Economía, es un valor de referencia para informar a jueces, abogados y organismos que trabajan con infancias y juventudes para que se cumplan sus derechos.
Por esto, resulta útil para distribuir los gastos de crianza de forma más igualitaria,
especialmente en los procesos de separación de las parejas o luego de la separación. El 8 de marzo de este año, el Ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la publicación de este indicador por parte del INDEC, que se desarrolló en tiempo récord.
En el 3er trimestre de 2022 hubo más de 1.600.000 mujeres a cargo de hogares con niños/as y sin presencia de cónyuge (monomarentales).
Esto representa al 11,7% del total de hogares. Además, se estima que en estos hogares viven más de 3.000.000 niños/as (aproximadamente 2 hijos/as por hogar). Se informa además que, entre las jefas de estos hogares, el 26,1% tuvo ingresos por debajo de la canasta básica total y el 4,6% tuvo ingresos menores a la canasta básica alimentaria.
De acuerdo a datos de UNICEF (2022), el 50,2% de los hogares en los que no vive el padre de los/as niños/as no recibió dinero en concepto de cuota alimentaria en los últimos 6 meses, y el 12,0% sólo recibió algunos meses. Es decir, 3 de cada 5 hogares a cargo de mujeres no reciben la obligación alimentaria en tiempo y forma. En tanto, de acuerdo a un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Economía, el 59% de los hogares monomarentales destina más de la mitad o casi todos sus ingresos al pago de deudas o atrasos.
Los cuidados son centrales para el desarrollo de la economía argentina, por eso, conocer su valor nos permite avanzar hacia una sociedad más igualitaria. Tener hijos/as es una apuesta de amor, pero también tiene un costo económico. Desde ahora, ese costo se puede medir.
En declaraciones pasadas, la directora nacional de Economía, Igualdad y Género, Sol Prieto, dijo que la Canasta Básica de Crianza tiene como objetivo que se convierta en una referencia para la Justicia de Familia a la hora de fijar las cuotas alimentarias que los padres deben abonar para cubrir las necesidades de sus hijos.

 
 

Más del 90% de los hogares sostenidos por mujeres está bajo la línea de pobreza. Al menos un millón y medio de mujeres están a cargo de hogares con niños, de los cuales solamente 2 de cada 5 reciben la obligación alimentaria en tiempo y forma, según reveló una estimación difundida por el Indec.
Las tareas de cuidados están fuertemente feminizadas, y criar y cuidar cuesta, en promedio, $100 mil mensuales. Este valor no es menor si se considera que el ingreso medio de la población se ubicó en el primer trimestre de 2023 en más de $123.700 y que el salario mínimo está en $87.900.
El objetivo del nuevo Índice es que se use como referencia en procesos judiciales para la determinación de la cuota alimentaria, de acuerdo a las necesidades reales y costos actuales de la subsistencia cotidiana.
SOBRE LA MEDICIÓN
La construcción de una herramienta de medición de cuidados de niñas, niños y adolescentes tiene como misión estimar la variación del costo de alimentarlos, vestirlos, educarlos, trasladarlos, y cuidarlos en un lugar y en un tiempo determinado. Los insumos utilizados para su elaboración pueden ser considerados para informar la toma de decisiones en distintos ámbitos, ofreciendo un parámetro que, actualizado mensualmente, aporte un criterio adicional de referencia –a consideración del Poder Judicial– para la determinación de la obligación alimentaria de niñas y niños en caso de ruptura del vínculo de padres y
madres.
Con el objetivo de contribuir a la estimación del tiempo efectivo dedicado a los cuidados, se aplica el llamado método de sustitución usando datos de dos fuentes, ambas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC): la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2021 y la Encuesta Permanente de Hogares, total urbano (EPH-TU) del tercer trimestre de 2022. El valor final depende de una serie de factores y puede revelarse como una diferencia de tiempo de Trabajo No Remunerado (TNR) entre hogares con niñas y niños y hogares sin niñas y niños. En este documento se calcula el valor sólo para mujeres, por la ostensible diferencia dedicadas al TNR entre éstas y los varones. Por el otro, con el objetivo
de aportar a la valorización del tiempo que podría requerir un conjunto específico de hogares con elevadas cargas de cuidados – los hogares monomarentales – se presenta un ejercicio de estimación del tiempo teórico a partir de una serie de definiciones normativas.
Se estima el tiempo que implica el cuidado de niñas y niños, valorizado en moneda. Si bien existen una variedad de métodos para llegar a la cifra final, se adoptó, en primer lugar, la metodología del costo de sustitución, que es la que han venido aplicando en diversos países de la región para calcular el aporte del trabajo no remunerado (TNR) al Producto Interno Bruto (PIB) a través de las denominadas "cuentas satélites” de los sistemas de cuentas nacionales de los países. En un trabajo de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía se concluyó que el valor del TNR representaba en 2019 un 15,9% del Producto Interno Bruto (PIB) (DNEIyG, 2020). En ese mismo estudio, se había concluido que 12 puntos eran aportados por las mujeres. Esto es un reflejo de la desigual distribución del tiempo de trabajo doméstico no remunerado entre
varones y mujeres, buena parte del cual está orientado a la crianza de niñas y niños.
Éste no es un fenómeno local, sino que se trata de un patrón verificado en todos aquellos países que cuentan con dispositivos estadísticos como las encuestas de uso del tiempo, que permiten cuantificar los niveles y diferenciales entre sexos. Al momento de la estimación del aporte de los cuidados al PBI no se contaba con los datos de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) que se relevó en el país en el año 2021, sino con un módulo de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos del 3er trimestre de 2013 (denominado “Encuesta sobre trabajo no remunerado y uso del tiempo”), que funcionó como antecedente de la ENUT y permitió realizar el ejercicio de valorización usando como base investigaciones como la mencionada, en este estudio se procede a calcular el valor del TNR que podría ser imputado de manera directa a la crianza de niña y niños.